jueves, 18 de agosto de 2016

Réginald Garrigou-Lagrange OP - Las conversiones del alma

Réginald Garrigou-Lagrange O. P. (n. Auch, Francia el 21 de febrero de 1877 † Roma el 15 de febrero de 1964) fue un dominico francés, filósofo y teólogo.

Después de estudiar Humanidades en La Roche-sur-Yon (Vendée), en Nantes y en Tarbes, eligió la carrera de medicina. En 1897, mientras cursaba en Burdeos, leyó el libro L’Homme de Ernest Hello, que impulsó la decisión fundamental de su vida: abrazar el estado religioso. Novicio dominico en Amiens, el p. Ambroise Gardeil lo orientó hacia el tomismo, y para perfeccionar su formación intelectual lo envió a la Sorbona. Más tarde viajó a Viena, frecuentó algunos meses la Universidad de Friburgo –donde conoció al p. Norberto del Prado, teólogo que lo impresionó profundamente– y en 1905 entró a formar parte del equipo de profesores de Le Saulchoir.

En 1909, al abrirse el Angelicum, compartió con el p. Arintero la cátedra de teología fundamental, explicando el tratado De revelatione. Pasó más tarde a la cátedra de teología dogmática, dio cursos sobre la Metafísica de Aristóteles y escribió diversos libros. Consagró 50 años a clases y publicaciones, alternando los trabajos profesorales con el servicio a la Santa Sede en calidad de teólogo y con el ministerio pastoral. Se retiró de la actividad académica en 1960 y murió el 15 de febrero de 1964 en Roma.

Su obra escrita abarca cuatro extensas áreas: apologética, filosofía, teología dogmática y espiritualidad.

Donde más destacó fue en el campo de la espiritualidad. En 1909 leyó La evolución mística de Arintero, que ejerció en Garrigou-Lagrange un gran influjo. Él mismo lo declara: “Tuvo en mí gran influencia y me aclaró importantes puntos, que traté de exponer en seguida según la doctrina de Santo Tomás”. En 1917 abrió una cátedra de ascética y mística, la primera de esta disciplina en una facultad eclesiástica y la última que abandonará, en 1960.

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En Las conversiones del alma el autor explica con lenguaje accesible la importancia de mantener el estado de gracia, empezando por una primera conversión, que hace salir al alma del estado de pecado mortal. A partir de aquí, la vida espiritual se ha de ir desarrollando como la del cuerpo, pasando por etapas que requieren otras tantas conversiones, cuyo resultado es la plena madurez.

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Aquí se puede descargar el libro en formato .mobi.

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